Autora: Dortignac, Mariana, PH: Alegre, Sonia
<< Pero el centurión respondió: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará >>
Mt. 5, 8
Porque me caigo, y no siempre doy amor
porque tuve dudas y mi fe se quebrantó.
aún así…
¿Soy digna de tu amor?
<< Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo>>
1 Cor. 15, 9-10
Me gustaría pensar que podría llegar a la santidad de María,
sin embargo,
casi siempre tropiezo como Pedro,
de igual manera…
¿Me dejas llamarte «Padre»?
¿Me dejas llamarte «Padre»?
Sé que debo ser un ejemplo,
imitar a Jesús,
pero hay momentos en que mi humanidad gana
y siento no merecer tu mirada;
Señor…
¿Puedo dirigirme a ti?
<< ¡Por el honor de tu Nombre, Señor,
Sl. 25, 11
perdona mi culpa, aunque es muy grande! >>
Se oye decir:
«¿Aceptas a Dios en tu corazón?»,
Me postro ante tus pies
y con miedo te pregunto:
«¿Me aceptas tu como discípula?»
«¿Me aceptas tu como discípula?»
Cuestiono, noche y día,
si permites a este mera aprendiz,
pronunciar tu nombre en oraciones;
y me sorprende que tu respuesta
sea siempre un misericordioso:
«Sí»
Imágenes: Google Images